Bueno, llegamos al final del tour más corto de la historia de Paramore. Vaya
viaje fue. No puedo decir o escribir “viaje” (journey) sin escuchar en mi
cabeza el principio de “Don’t Stop Believing”. En fin, estoy contenta de haber
creado todos estos recuerdos en tan poco tiempo.
Lo que tengo que decir sobre nuestra experiencia en el cielo es esto: Todos vivimos y morimos solo una vez. No sé si haciendo paracaidismo es como quiero morir… pero dios mío, estoy muy contenta de haberlo hecho una vez en mi vida. Ese sentimiento de caer a través de las nubes y el aún más satisfactorio sentimiento de mirar el suelo a 10.000 pies de altura. Nunca me había sentido tan vulnerable en mi vida. Estaba sujeta a este chico y no paraba de abrazarme y decirme que podría ser el último día de toda mi vida!! Pero lo superé… y vi al mundo desde una perspectiva totalmente diferente. Cuando todos llegamos al suelo era como si nos hubiéramos visto en años. Todo lo que recuerdo es correr hacia Jeremy. En conclusión, nunca lo volveré a hacer pero estoy muy contenta de haber tenido el valor para hacerlo. Nunca creí, como niña, que crecería y haría exactamente todo lo que había soñado hacer, experimentar cosas que algunas personas nunca llegarán a hacer, y lo mejor? Que puedo hacer todo esto con mis mejores amigos.
El concierto en Hawaii fue uno de los que más
recordaré encima de un escenario. Y hablando de escenario, era muy pequeño.
Como en los que tocábamos cuando empezamos a tocar hace unos siete años o así o
como los del Warped Tour. Tuvimos una enorme respuesta por parte de todos,
sentía como si me estuviera saliendo de mi propio cuerpo y estuviera mirando
todo el concierto desde otra perspectiva. Fue uno de esos conciertos importantes
en los que lo realmente bueno es que nada realmente importa. Todo el sudor y
los dolores de otros conciertos anteriores se desvanecían. Sienta bien dejarse
llevar. Quiero decir, no se ve bien – con el rímel corrido, parecía un mapache
pelirrojo – pero incluso esa parte sienta bien. Es como dije, nada importa.
No solo tuve una conexión personal con el
escenario y la atmósfera esa noche, la gente del público hizo el concierto muy
íntimo, no podías evitar sentir como si conocieras a todos allí. Dos personas
cerca del escenario incluso se propusieron en medio de “The Only Exception!”
Intenta decirme que eso no te emociona. En un punto de cada concierto comienzo
a decir lo que significan los fans para nosotros y lo que significa que estén
allí mirándonos. Luego digo “Bienvenidos a nuestra familia”. Digo que una vez
están dentro de nuestra familia no pueden salir de ella, pero no lo digo en un
sentido rollo El Padrino, de forma amenazante y estúpida. Lo que quiero decir
es que, una vez hayamos estado allí todos juntos experimentando la música de
esa manera, estamos conectados. Algo sucede cuando estás con otras personas
sintiendo la música. Es una conexión que no puedes negar y eso es lo que quiero
dar a conocer cada noche, no importa el número de personas para el que estemos
tocando. Es un enorme honor tocar para gente en cualquier momento. Aquellos de
ustedes que me estén leyendo que estén en un grupo o escribiendo su propia
música sabrán exactamente de lo que estoy hablando, y si no lo sabes… bueno…
date cuenta ya.
Bueno, aparte del concierto y de la historia que
les acabo de contar, lo pasamos genial simplemente estando en Hawaii por
primera vez como grupo. La mayoría del tiempo l0 pasamos relajándonos tanto que
apenas recuerdo lo que hicimos el primero día. Fue una de las pocas vacaciones
que he tenido en mi vida adulta. Fue todo muy calmado hasta que alguien decidió
que era una buena idea si íbamos a tirarnos en paracaídas la mañana siguiente
del concierto. Suena genial y una decisión totalmente responsable para nosotros
también, no? Taylor era el único que lo había hecho antes. No paraba de sonreír
todo el camino hacia el sitio donde teníamos que ir para hacerlo, mientras que
los demás nos reíamos de los nervios en el asiento trasero del Jeep que
alquilamos. No ayudó nada que al llegar tuviéramos que firmar todos estos
contratos que decían “EL PARACAIDÍSMO ES PELIGROSO, PODRÍAS MORIR!” lo juro.
Estaba en mayúsculas y todo. No podía ni siquiera decidirme en quien poner en
el número de emergencia! No hace falta decir que todos estamos vivos, sino no
hubiese sido capaz de escribir este blog.Lo que tengo que decir sobre nuestra experiencia en el cielo es esto: Todos vivimos y morimos solo una vez. No sé si haciendo paracaidismo es como quiero morir… pero dios mío, estoy muy contenta de haberlo hecho una vez en mi vida. Ese sentimiento de caer a través de las nubes y el aún más satisfactorio sentimiento de mirar el suelo a 10.000 pies de altura. Nunca me había sentido tan vulnerable en mi vida. Estaba sujeta a este chico y no paraba de abrazarme y decirme que podría ser el último día de toda mi vida!! Pero lo superé… y vi al mundo desde una perspectiva totalmente diferente. Cuando todos llegamos al suelo era como si nos hubiéramos visto en años. Todo lo que recuerdo es correr hacia Jeremy. En conclusión, nunca lo volveré a hacer pero estoy muy contenta de haber tenido el valor para hacerlo. Nunca creí, como niña, que crecería y haría exactamente todo lo que había soñado hacer, experimentar cosas que algunas personas nunca llegarán a hacer, y lo mejor? Que puedo hacer todo esto con mis mejores amigos.
Gracias chicos por leer todas mis aventuras.
Gracias a Paper magazine por darme la oportunidad de escribir esto para ellos.
Nos vemos el año que viene con un nuevo disco y nuevas canciones!
Con todo el agradecimiento que puede albergar mi
pequeño cuerpo,
Hayley Williams de Paramore.